Descripción
Región: Bosques húmedos de África occidental.
Color: Rojizo con pequeñas marcas azules, blancas, doradas y marrones. Los machos son más coloridos que las hembras.
Tamaño: 25-30 cm.
Esperanza de vida: Hasta 20 años en cautividad.
Características anatómicas: Piel similar a la de las serpientes, con estructura muy parecida a la suya.
Comportamiento: Dócil, ideal para principiantes. Es un excavador por naturaleza y pasa la mayor parte del tiempo enterrado en los túneles que construye.
Alimentación: Insectívoros.
Alimentos recomendados: Recomendables grillos, saltamontes, cucarachas y zophobas en menores cantidades por su alto contenido en grasa. Todos los insectos deben ser de criadero para evitar cualquier enfermedad. Comerá unos 4 insectos al día, dependiendo de su tamaño. También pueden comer trozos de fruta, alimentos comerciales como pienso para reptiles y algunos embutidos bajos en calorías y sin sal como jamón y pavo (en muy pequeñas cantidades).
Necesidades específicas: Pueden tomar agua de un bebedero, se debe lavar y desinfectar el bebedero cada semana. El calcio será indispensable, debe suplementar su comida 2-3 veces por semana para evitar la enfermedad metabólica ósea.
Hábitat: Se encuentra en los bosques húmedos de tierra blanda. Necesitará un terrario amplio, como mínimo de 40cm x 60cm y 40cm de alto con abundante sustrato (de fibra de coco) de unos 10 cm de grosor para poder enterrarse. Ideal poner troncos huecos, pedazos de corteza y escondites para reptiles.
Iluminación: Es un animal diurno así que será necesario un tubo UVA/B para reptiles, para que sintetice vitamina D3 y pueda fijar el calcio. Debe permanecer encendida unas 12 horas al día.
Temperatura: Se deberá mantener a una temperatura de 27º-32ºC, de noche puede bajar a los 22ºC. Para ello podemos poner una bombilla hotspot, o colocar plancha calefactora. La zona más fresca (27ºC) se dejará para que regule su temperatura corporal.
Humedad: Será alta, del 70-80%. Se obtiene rociando diariamente el substrato sin empaparlo.
Consejos: Estar atento a cualquier cambio de coloración, que puede ser signo de enfermedad.
